Monday, April 16, 2007

El espejo tecnológico




















En uno de sus principales trabajos Lacan hababa de la importancia del
reconocimiento de la imagen de uno mismo en la formación del Yo. Esto es que la posibilidad de una concepción de individuo esta supeditada en parte a la capacidad de este de delimitarse con respecto al resto del mundo y sobre todo con respecto a otros individuos; y que esta delimitación parte en primera instancia de una identificación con nuestra propia fisonomía en el reflejo del espejo.

El proceso de identificación entre una persona y su reflejo es una operación compleja que no solo supone la capacidad de verse a si mismo en un reflejo, sino mas aun un desdoblamiento, en el cual podemos observarnos como se nos observaría desde el exterior sin dejar de pensar que es uno mismo de quien se trata ese otro. Se esta adentro y se esta afuera de ese cuerpo y como tal podemos hacer juicios exteriores como si se tratara de un objeto, al mismo tiempo que todo lo que asumimos para ese objeto lo asumimos para nosotros mismos porque finalmente encontramos a ese cuerpo como delimitante de lo que somos en términos concretos. Esta es una aporía donde se asume la posibilidad de una objetivación llevada a cabo por el sujeto objetivado. Estamos pues ante una paradoja que podría resumirse en un anunciado tal como “soy aquel que esta en el espejo”. No son raras en este sentido las ocasiones en que uno resulta extrañado frente al reflejo del espejo y esto solo verifica la extrañeza de este proceso que sin embargo se nos presenta como algo cotidiano.

Resulta interesante repensar esta identificación entre la persona y su propia imagen en el espejo, si podemos de alguna manera ampliar esta concepción del espejo y llevarla a una actualidad en la que esta imagen es antes que nada construida de forma social y mediática.

Hablamos pues de una época en que existe mas que en cualquier otro tiempo un constante énfasis en la imagen y donde las imágenes de las cuales nos vemos rodeados de forma cotidiana distan de ser los fenómenos físicos y objetivos que se pretende ver en el reflejo de un espejo para trasformarse en una serie de dispositivos tecnológicos.

Ya al hablar de un espejo estamos hablando antes que nada de una tecnología (por muy antiguo que esta sea) que enmarca ciertas convenciones frente a la mirada que aunque se muestran como un fenómeno físico conllevan ciertas connotaciones sociales. Podemos pensar por ejemplo en la rectangularidad de los espejos que solo puede ser comprendida en el contexto de la pintura.

Lo que entra en juego aquí es pues la idea de mediatización. Se piensa pues que el espejo es una medida fiel porque aun cuando podemos ver que este es también una tecnología, por otro lado también es cierto que es mucho mas próximo a la realidad en tanto que su sustancia no esta mediatizado por ningún proceso de fijación de la imagen ya sea físico o químico, como tampoco por ningún proceso de manufacturación como es el caso de la pintura. La imagen del espejo es pues menos mediatizada que el de cualquier otro tipo de imagen y como tal se nos ofrece bajo la concepción de fidelidad.

Con la aparición de otras tecnologías de la imagen que se pretenden objetivas en tanto que no suponen la manufacturación humana, como es el caso de la fotografía o el video, podemos empezar a ampliar esta idea de espejo y llevarla a un ámbito tecnológico donde su función es cada vez mas asumida por estos nuevos medios. Esto ocurre aun en mayor medida con los medios digitales, donde la inmediatez juega un rol importante al permitir que se verifique de forma casi instantánea el resultado de cualquier toma.

Estamos pues frente a nuevos espejos tecnológicos que nos permiten construir este nuevo cuerpo con el cual nos identificamos y formamos nuestra concepción del yo. Un nuevo cuerpo que es virtual y que antes que nada nos posibilita a construirlo a voluntad.

Tan solo hay que recordar cuantas veces hemos posado ante las cámaras para asumir cierta postura del como queremos vernos a nosotros mismos o como queremos ser vistos. Es mas importante nuestra imagen en la fotografía o el video, que muchas otras imágenes de nosotros mismos, en tanto que este será nuestro intermediario en un sinfín de nuevos espacios sociales tales como los mensajeros electrónicos, el sinfín de paginas donde podemos poner nuestros perfiles virtuales, etc. Y que finalmente en muchos sentidos forman una nueva faceta de nuestra identidad y una extensión de aquel antiguo concepto del yo.

En tanto que construcción esta nueva imagen asume las imposiciones mediáticas como ideales. Esto actúa en un sentido tanto social, como epistemológico con lo que se abren las preguntas ¿Sería posible identificarse a uno mismo en un espejo tecnológico, si acaso jamás hemos visto a alguien mas siendo reflejado?.

En otras palabras esta nueva identificación con nuestra imagen tecnológica actúa bajos nuevas convenciones sobre la mirada que requieren una mayor especialización y que por lo tanto también asumen una mayor complejidad en tanto que construcción. ¿cuantas veces no nos hemos preguntado si en verdad somos nosotros aquellos de la fotografía o de aquel video?, ¿Y en que sentido una respuesta positiva puede llegar a alterar de forma subconsciente nuestra concepción de nuestra imagen y por lo tanto de nuestra identidad?.

El espejo tecnológico es pues una nueva faceta de aquella vieja propuesta realizada por Lacan y que no deja de tener importancia en tanto que conformante de nuestra identidad. La esencia del problema es el estar concientes de la influencia de las imágenes y de el peso mediático y social inherente a sus tecnologías en una búsqueda por encontrar una verdadera autonomía de definición identitaria que pueda trascender a la propia imagen y sus implicaciones sociales.



Monday, April 09, 2007

La obra de arte



La obra de arte
Como he dicho antes, el cambio en el desarrollo epistemológico del arte no solo modifica sus condiciones de desarrollo y sus instituciones, sino la articulación propia de la obra de arte. La obra de arte posmoderna, es antes que nada una articulación de fuerzas que se mueven en diferentes campos de dominación: El lenguaje, la técnica, la comunicación y la praxis. Esta obra no se mueve en términos de representación propiamente dicho, sino que actúa como una entelequia. Esta nueva obra de arte contiene dentro de si su propia critica: la comprensión de su estructura interna, de su estructura externa y de sus propios fines. Lo cual la convierte mas que en un objeto, en una estructura de poder, significante y compleja que propone diferente líneas de interpretación concomitantes. La obra de arte es la afirmación del poder del artista para emitir enunciaciones. Independientemente de sus temas, esta obra ya no es un actor en términos artísticos, sino en términos de poderío. Incluso cuando hace un comentario sobre el arte, ya no actúa dentro del arte, sino que se sitúa fuera de este como una mirada exterior que ve al arte como fenómeno cultural a tratar.
La obra de arte contiene dentro de si las preguntas relacionadas al poder: ¿quien significa?, ¿como significa?, ¿a través de que clase de dominación?. La obra de arte es pues un acción enunciativa, afirmación del poder del artista, que actúa dentro de contextos específicos y finitos.
Esta enunciación se mueve en tres áreas análogas a aquellas del poder: aquella de la sintaxis, aquella de la comunicación, y aquella de la practica.
La enunciación practica, supone la realización material de la pieza, es decir su puesta en acción, que implica ante todo el paso de la potencia a la acción y su transición de posibilidad al hecho. En estos sentido la interpretación de esta enunciación se lleva a cabo en términos políticos. En otras palabras, como la apreciación de una acción en un contexto dado, y bajo la consideración de todas las otras posibles enunciaciones existentes dentro de dicho contexto.
La enunciación comunicativa se entiende como la estratificación de la pieza en términos de legitimación. Es decir, la forma en que la pieza propone una dominación del contexto social o cultural en el cual debe sobrevivir, a través de estrategias de difusión con las cuales busca su legitimación. En este sentido la interpretación de esta área se realiza en términos del éxito de la pieza para integrarse a discursos legitimadores, sea que estos provengan los de las instituciones legitimadoras del arte o los de la resistencia a estas.
La enunciación lingüística es la construcción articulada de una representación o discurso a través de una sintaxis. Aquí hablamos de aquellas enunciaciones que hablan no solo sobre lo representado, sino de los mecanismos a través de los cuales es representado. La interpretación en este sentido se lleva a cabo en términos de la valoración de procedimientos sintácticos y metalingüísticos.

De estas tres áreas podemos caracterizar a la pieza de arte como una enunciación lingüística que difiere de otras enunciaciones por su tendencia a revelar los propios procedimientos del lenguaje, su legitimación y sus intenciones.
Hablamos pues de la pieza de arte en términos de lo que Wittgestein llamaría juegos de lenguaje. A propósito de los cuales Lyotard emite las siguientes observaciones: “La primera es que sus reglas no tienen legitimación en ellas mismas, sino que forman parte de un contrato explicito o no entre los jugadores. La segunda es que a falta de reglas no hay juego, que una modificación incluso mínima de una regla modifica la naturaleza del juego, y que una “jugada” o un enunciado que no satisfaga las reglas no pertenece al juego definido por estas. La tercera observación acaba de ser sugerida: todo enunciado debe ser considerado como una <> hecha en un juego”.
Esto se puede leer de las siguiente manera:
a) no existe obra de arte sin una idea de arte
b) la obra artística esta sujeta a reglas de legitimación
c) el entendimiento de una enunciación artística no puede ser entendida fuera del mundo del arte y sin el conocimiento de las reglas (o procesos) de enunciación y legitimación. (de esto podemos inferir el elitismo del arte contemporáneo)
d) dentro del arte cada enunciación, en tanto que enunciación de las reglas del juego es una modificación del juego en si.

Al tipo de enunciación que constituye la obra de arte se le puede llamar preformativa, la cual “tiene la particularidad de que en su efecto sobre el referente coincide con su enunciación...No es pues tema de discusión o verificación para el destinatario, que se encuentra inmediatamente situado en el nuevo contexto así creado. En cuanto el destilador, debe estar dotado de la autoridad de pronunciarlo”.
De esto podemos inferir que la obra de arte tiene la capacidad que ningún otro tipo de enunciación de trasformar el mundo en tanto que sus enunciaciones nos sitúan, aunque sea momentáneamente, sobre la base de construcción de nuestro propio pensamiento. En otras palabras, la obra de arte forma una realidad separada pero que trabaja dentro de nuestra realidad a través de las propias herramientas del lenguaje; y que sin embargo, en su constante movimiento y redefinición propone una cantidad inagotable de interpretaciones y se coloca detrás del lenguaje mismo.
La obra de arte es ante todo lo opuesto a la racionalización del lenguaje, es aquello que una vez enunciada una proposición, se nos ofrece como el revés del significado. Es decir lo que se nos dice y lo que queda en silencio; lo que significa, pero también lo que sugiere, lo que ha significado en otros juegos del lenguaje y lo que significara en otros tantos mas. De aquí la imposibilidad de verbalizar jamás lo vivido cuando se experimenta una obra de arte.

Algo mas puede decirse sobre esta tipificación de la obra de arte a través del poder, y esto es la introducción de concepto de estrategia. Concepto que cruza las tres áreas de construcción enunciativa y que diferencia claramente a la obra de arte posmoderna de sus predecesoras.
La estrategia es ante todo la puesta en función de elementos espacio temporales, dentro del desarrollo de la pieza. En otras palabras la estrategia interviene el proceso final de enunciación de la pieza en función de sugerir un recorrido ya sea físico o conceptual de la misma. Esto ya sea como anclaje semiótico, desarrollo cuasi narrativo o método pedagógico de la pieza. En el fondo la intención de la estrategia es aquel de señalar de alguna manera el disfrute o la manera en que el espectador debe convivir con la pieza en función de proponer nuevas relaciones entre la obra de arte y su publico. Acto necesario en el contexto contemporáneo, debido a la constante redefinición de dichas relaciones.

La estrategia es pues un sistema relacional, mas que un elemento concreto introducido a la pieza. Es una forma de encausar la experiencia psicológica de la obra y con ello cohesionar de manera mas concreta las tres áreas de enunciación de la pieza. En este sentido se puede pensar en la estrategia como la evolución epistemológica de lo que en el arte clásico y moderno seria el estilo.

El poder sobre uno mismo y el poder sobre los demás


Desde los orígenes de la tradición occidental ha habido una fuerte distinción entre dos tipos de poder según su espacio de coacción: El poder sobre uno mismo y el poder sobre los demás. Comprenderíamos aquí el poder sobre uno mismo, como aquel destinado a volver el propio cuerpo un campo de acción de diferentes disciplinas con miras a un perfeccionamiento del mismo o a la integración de este a una actividad especifica. Por otro lado en el poder sobre los demás veríamos el nacimiento de la actividad política, siendo este el arte de gobernar y ver por los demás.

Podríamos aquí introducir un binomio, en el cual se distinguirían respectivamente ambos tipos de poder, según la etimología de ambas palabras: Economía y política. Siendo la primera un ciencia concerniente al tiempo y la segunda concerniente al espacio.

Si deseamos entender correctamente esta analogía, hay que acercarse al concepto griego de la economía, la cual no solo era entendía como el arte de la administración de los bienes de un hogar; sino mas aun, era un arte que tenia como propósito la organización rigurosa del tiempo de la persona sobre si misma.
La economía del mundo griego, comprendía los diferentes regímenes alimenticios de las personas, los diferentes ejercicios que esta debería de realizar en el gimnasio, las horas de sueño y las horas que este debería dedicar a los estudios; inclusive habría una clase de calendario referente a las temporadas que serian provechosas para relaciones sexuales, con miras a la concepción; todo esto en completa concordancia con la naturaleza y comprendido bajo el concepto de la “temperancia”, valor que indicaba que si bien el sujeto era dueño absoluto de su cuerpo, este debería de hacer un uso de este, que fuera no solo provechoso para si, sino para el bienestar publico. Comprendido así, el hombre tenia la obligación de cultivar su propio cuerpo e intelecto, de tal forma que tuviera el mayor desarrollo posible de sus propias habilidades, no solo por su propio provecho y salud, sino para que este se constituyera en un hombre ejemplar para aquellos que lo rodeaban.

Si bien esta concepción de la economía ha variado bastante al paso de los siglos, aun podemos ver una estela de este pensamiento en la construcción del ideal del hombre moderno y la aparición de una serie de culturas alrededor de los gimnasios, el Body Building, las revistas de ejercicios, las publicaciones de dietas, y una serie de diferentes ideologías actuales que promueven el desarrollo y perfeccionamiento, a través de diferentes regímenes y tecnologías, del cuerpo y la mente humana.

Seria provechoso acercarnos al concepto de economía de Paul Virilio, según el cual, en la actualidad, la econinomia estaría completamente unida al tiempo por medio del factor “Velocidad” dado por los componentes tecnológicos actuales. Finalmente podríamos decir que la economía en la actualidad es una disolución del tiempo del hombre a través de medios tecnológicos. En otras palabras, que el sistema económico actual y más específicamente el sistema de producción en serie; es un reordenamiento del tiempo del hombre dentro de las actividades requeridas por un mecanismo de producción tecnológico, en el cual el hombre funciona a manera de engrane. Así, los ecónomos, son aquellos que se encargan de distribuir los esfuerzos humanos en los diferentes procesos de producción, distribución, etc.El hombre actual no es el de la Academia griega, ni el del Gimnasio, sino mas bien el de la fabrica bien organizada. ¿Entonces porque retomar para este estudio el viejo ideal de la economía y del poder sobre uno mismo?. Justamente porque lo que importa para los fines del mismo es el poder sobre uno mismo como ideal; como fin mítico y motor del desarrollo de diferentes tecnologías que buscan la expansión del perfeccionamiento del cuerpo humano, así como la proyección del sistema neuronal humano como parte de este proceso. Y obviamente como tema recurrente en el arte de las nuevas tecnologías. Ideal del hombre emancipado de la naturaleza.Regresando al punto inicial, Hablare ahora sobre el poder sobre los demás: Anteriormente había mencionado una relación directa entre el poder hacia los demás y la política; Si el poder sobre si nos habla sobre una espacialización del tiempo; al hablar sobre el poder sobre los demás, hablamos de una espacialización total. También cabria decir que el poder sobre si, es un poder del aquí y el ahora, mientras que el poder sobre los demás actúa mas bien dentro de un lugar que no es el aquí inmediato del cuerpo, sino mas bien un lugar abstracto compuesto por un corpus social entendido como representación y proyección del cuerpo físico y sus funciones. Su ahora tampoco seria un tiempo definible, sino mas bien una serie de instantes que se conformarían instantáneamente en historia. Podremos decir entonces que el poder sobre los demás embulle dentro de si a todo tipo de poder. El poder sobre si es un control de nuestra propia naturaleza, el poder sobre los demás es el poder sobre la naturaleza en si. Los demás debe ser entendido aquí, no solo como la totalidad del resto de los seres humanos, sino una totalidad que embulle a todo lo que no es uno mismo.
Entonces retomando la analogía anterior entenderemos aquí la política, como el arte de la división y espacialización del mundo social. En otras palabras la política, es el derecho de aquellos que ostentan el poder a organizar espacialmente la esfera social, en miras de un proyecto de funcionalidad que intenta ser modelo y representación de una cosmogonía particular.Esta analogía puede ser también rastreada a través de la tradición del occidente. En principio, debemos de establecer que aquí la política se hace aliada de toda unas serie de ciencias en miras de elevar al poderoso como el poseedor de la verdad. Así, para iniciar diríamos que una primera alianza se lleva a cabo con la teología y la filosofía. Gracias a la cual el poderoso es capaz de organizar a la masa humana en una serie de categorías o castas, que llevan como objetivo el darle un sentido funcional a una estructura social, pero cuyo trasfondo es legitimado a través de una serie de fundamentos extraídos de un mito sobre la generación del cosmos, en el caso de la teología; o por una serie de argumentaciones lógicas y morales en el caso de la filosofía. En este caso estaríamos hablando de una cuadriculación del cuerpo social.La segunda alianza pensando en un orden temporal imaginario, dado por las necesidades estructurales de una sociedad abstracta, se daría pues con la geografía , cierta cara de la arquitectura y el urbanismo, y la historia. En este punto el poderoso tendría como derecho el cuadricular el espacio físico y temporal. Dando así un significado subjetivo, pero socialmente valido a la territorialización del cuerpo físico de la tierra. Y posteriormente, a través de la identificación de dicho espacio con una tradición, un sentido histórico y de arraigo para aquellos que nazcan en esta tierra. La tercera alianza es llevada a cabo con lo que conocemos generalmente como Ciencias Exactas y con Las llamadas así Ciencias Naturales. Aquí podríamos enumerar a la física, la química, la biología, las matemáticas, etc. Con ellas el poderoso fija un sentido de verdad inapelable a todo tipo de fenómenos que se dan en la naturaleza. Dando así derecho de uso y explicación sobre la naturaleza.

Finalmente la ultima y mas importante alianza se da con las Ciencias Sociales de las cuales cabria destacar a la sociología y a la psicología. Estas, en miras de adjudicarse un valor de extrema exactitud y veracidad semejante al que gozan las Ciencias Exactas. Si bien al igual que parte de la biología, de la filosofía y de varias otras ciencias, tienen como objeto de estudio al hombre; estas a diferencia de aquellas, no comprenden, ni hablan al hombre como individuo dueño de si mismo. Estas hablan del hombre como elemento de una sociedad de la cual son ellos mismos representación, pero nunca significantes reales. Es en este sentido en el que ambas ciencias fijan sus paramentos de normalidad y patología. Pues no se podría hablar de un hombre que se intuyera normal a sí mismo sino desde una óptica objetivante, que lo constituyera fuera de si mismo como observador; verificando así su normalidad a través de criterios externos así mismo solo validos en cuanto a sociedad. Aquí estamos hablando finalmente del derecho del poderoso a cuadricular una ves mas el cuerpo humano, pero ya no desde su casta social, sino desde una serie de preceptos científicos aplicados a su comportamiento y a sus características personales. Aquí es donde de manera mas clara salta a la vista la diferencia entre el poder hacia uno mismo y el poder hacia los demás. En esta diferencia que hemos encontrado entre las disciplinas y regímenes que tienen como objetivo el cuerpo humano, pero siempre aplicadas desde el mismo dueño de ese cuerpo y las diferentes miradas que el poderoso realiza sobre el cuerpo humano, pero siempre desde una óptica exterior que le permite cuadricularlo como organismo anatómico y biológicamente funcional, como sujeto social, como sujeto psicológico, etc. De la misma manera en que el poder sobre uno mismo ha arrojado el ideal diferentes ideales sobre el cuerpo humano, el poder sobre los demás nos ha dado una serie de sociedades ideales, en las cuales podemos ver diferentes esquematizaciones sociales sujetas a doctrinas políticas. En este sentido tanto utopías como distopías pecan de totalitarias, debido al estatismo al que aspiran derivado del proceso de poder del que proceden.

Por ultimo cabria decir, que así como el poder hacia uno mismo ha derivado en el desarrollo de una serie de dispositivos tecnológicos pensados para perfeccionar o ampliar la capacidad del cuerpo humano. El poder sobre los demás por su parte no se ha quedado atrás dándonos toda una serie de tecnologías, derivadas de las distintas ciencias con las que se alía. Así por ejemplo: la conjunción de las ciencias sociales, de las ciencias naturales o exactas, y de las ciencias dedicadas al espacio, han surgido distintas tecnologías, referentes a la mirada, tales como los telescopios, los sistemas de vigilancia y las realidades virtuales.

Una aproximación al territorio




Vivir un espacio es significarlo. Con cada recorrido y con cada experiencia este se convierte en un territorio propio, donde se enmarcan nuestra experiencia y de donde parte cualquier reflexión política, cultural, histórica o personal.

La construcción de una noción de territorio implica la transformación artificial de un espacio natural en un espacio simbólico. En otras palabras el territorio es tanto un paisaje transformado en idea, como una idea transformada en paisaje. Este proceso se vierte en dos tipos de prácticas: aquellas de tipo públicas objetivas y aquellas de tipo subjetivo y privado.

La necesidad de una cientificidad para representar el territorio ha llevado a la creación de disciplinas como la cartografía; que más que ser una representación visual objetiva de un espacio, es en la mayoría de los casos una representación de las prácticas sociales que determinan un territorio, así como los usos y costumbres que lo definen.

En al ámbito del arte se puede hablar de un esfuerzo por representar el territorio en términos visuales a través de diferentes exploraciones que han llevado a los artistas a diferentes practicas y acciones que bien subvierten la cartografía de un espacio especifico con el propósito de modificar las dinámicas sociales como otras veces conviene en crear su propia cartografía a través dé los recorridos y experiencias personales y/o la extrapolación de su propio cuerpo en el paisaje.