Sunday, August 30, 2009


He de confesar que mi relación con el arte es una clase de amor/odio. En el fondo se trata de una clase de decepción causada por tantas promesas rotas y tantas expectativas no cumplidas. El proyecto de lo artístico lanzado por las vanguardias y retomado por el arte de los sesentas de unir el arte y la vida, y sobretodo de crear un arte capaz de transformar y revolucionar nuestra realidad se ha quedado incumplido o se ha cumplido de maneras distópicas en la mayoría de los casos.

Esto no quiere decir que no siga creyendo en el arte, porque en el fondo estoy seguro, porque lo he visto, que el arte es una de las cosas más hermosas de este mundo cuando este logra cumplir sus obejtivos. Pero de la misma manera en que tantas veces me he visto asombrado, muchas otras me he visto decepcionado frente a otra faceta del arte que se ha convertido en pasarela, en negocio, en fuente de futuros proyectos comerciales y en la cual muchos artistas no encuentran otra cosa que una fuente para inflar sus tremendos egos.

Sobre la amistad


Creo que como individuos estamos construidos a partir de la historia, es decir, que cuando nos preguntamos quienes somos nosotros mismos nos contamos un relato que explica como es que Yo soy el mismo que era ayer y como es que una sucesión de acontecimientos me han llevado a ser quien soy.

Es dentro de este relato donde para mi se funda la amistad: en nuestra capacidad de entablar una relación empatica con el relato del otro; de encontrar correlatos a nuestras propias narraciones, y de encontrar similitudes en relato de este otro que es nuestro amigo.

Pero mas aun Creo que la amistad justamente se basa en una cierta alianza fundada en una identidad mutua, percibida como un espejo del relato, donde los amigos se repiten una y otra vez el como es que han construido ese relato juntos. O en otras palabras, construir una amistad es construir en común una historia.

na amistad es construir en común una historia.