Tuesday, June 16, 2009

Nostalgia


Mientras la vida se aferra al presente, al estar viviendo, al seguir creando, al estar siendo; la memoria se forja en un pasado que de igual manera se mantiene vivo, recreándose y tomando un nuevo sentido con cada nuevo recuerdo que se le va sumando. Es el recuerdo la tela con la que se va tejiendo nuestra existencia y la cual recubre nuestras vivencias. Una dialéctica entre la memoria y le experiencia que nos resignifica y nos transforma en cada instante, creando un relato al que llamamos vida que tiene como objetivo darle un sentido a nuestros actos.
En otras palabras todo el tiempo estamos reelaborando y construyendo este relato, la historia de nuestras propias existencias, aquella que nos hace ser uno mismo con aquel que fuimos y aquel que dejamos de ser. Un relato llamado vida cuya búsqueda es la pertenecía y la identidad.
Buscamos ser uno mismo, pertenecer. Pertenecernos a nosotros, pertenecer a nuestras vidas, pertenecer a nuestro pasado y sentirnos en contacto con aquello que fue y que es importante para nosotros. Pero sobre todo contarnos a nosotros mismo lo que hemos sido y tratar de convencernos de que hemos crecido, de que hemos hecho lo correcto, de que nuestras decisiones han tomado un sentido y nos acercan con el lugar en donde queremos estar.
Es la voluntad extendida a través del tiempo y el espacio, es la voluntad que antecede y evade el accidente.
Así pues la experiencia siempre busca su reflejo en el pasado: un capitulo anterior de nuestro relato que le de un marco donde significarse y tomar su sentido. De la misma manera este relato vivo se reconstruye con el presente, buscando darle coherencia aquello que talvez jamás sea del todo coherente.
Es justo aquí, en la falta de coherencia que a veces surge en el relato donde despierta la nostalgia: Cuando la voluntad nos lleva en más de un camino. Cuando nos aleja de nuestra pertenencia. Cuando la grieta entre quien fuimos y quienes somos es tan grande que el relato no logra cerrar los espacios. Cuando una palabra despierta una vivencia que el relato había excluido.