"Tristemente en la mayoría de los casos, los artistas que llegan a ser famosos no son aquellos que sienten una gran pasión por el arte, sino los que sienten una gran pasión por la fama... Lo demás es asunto de presupuesto..."
anónimo, en el libro de visitas de una importante galería durante la exposición de un importante artista internacional
Wednesday, May 31, 2006
Monday, May 29, 2006
Participación y Arte
Participación y Arte
El ámbito de la participación a través de colectivos o individuos como estrategias alternativas a los programas político institucionales, se está incrementando de manera significativa, construyendo una nueva escena en la organización social. Aparecen nuevos movimientos sociales caracterizados por un pluralismo de ideas y valores, cuyo objetivo es perseguir reformas institucionales que amplíen los sistemas de participación en decisiones de interés colectivo (1). Esta nueva conciencia ciudadana se articula como heredera de los tradicionales movimientos antisistema, caracterizados por la lucha contra los desequilibrios de poder entre los más fuertes sobre los más débiles y la pretensión de cambiar la cosas en un mundo injusto. La participación de los ciudadanos en la toma de decisiones se está gestando en la base de una búsqueda de una identidad en su propio campo de acción en ruptura con la tradición política, aunque con una clara voluntad de conquista de los espacio públicos y esto, según François Houtart, significa una articulación con la política mediante la intención de construir una relación de fuerza que permita desembocar en decisiones(2). La participación de estos nuevos movimientos sociales se caracteriza por una fuerte visibilidad a través de la conquista de los espacios públicos, una estrecha comunicación en red (potenciada por la utilización de internet) que posibilita enlazar actuaciones locales en dinámicas globales, y un claro convencimiento de que se están construyendo alternativas de cambio posibles.
Para entender que un ámbito del arte contemporáneo trabaja en direcciones bastante opuestas a estas operaciones embellecedoras, con discursos más comprometidos me remitiré a lo que Hal Foster teorizó a mediados de los 80 sobre lo que se ha llamado Arte Político. El arte político es trasgresor en tanto que persigue la transformación y a su vez es resistente en tanto que es crítico con el sistema de producción y circulación. En este sentido el arte trasgresor y resistente pretende intervenir en el espacio cultural y en el espacio social. Este tipo de arte se habría producido en diferentes momentos históricos, algunas vanguardias de los años 20, algunas prácticas en los 60 como el Situacionismo y posteriormente por artistas que elaborado estrategias más particulares en esta línea transgresora y resistente.
La práctica artística como práctica transversal
Identificar construcciones sociales, estructuras de poder y sus relaciones a través de formas espaciales, supone una labor de análisis, que les prácticas artísticas pueden reconducir como una forma de acción y actuación específica. Los discursos artísticos transversales se contagian de otras disciplinas para ser un activador con claras implicaciones políticas. Estos discursos de implicación pueden vehicularse a través de dos vías claras, una puede ser la de analizar, detectar, evidenciar y evocarlo a la esfera pública; en el sentido que Michel Foucault atorga al papel del intelectual: "Hacer un croquis topográfico y geológico de la batalla" (7). La otra vía puede ser la de implicarse de una forma activa y activista en la investigación de propuestas de cambio o estrategias que fuercen a cambios en las estructuras sociales. Esta segunda opción requiere una inmersión y una fusión en organigramas colectivos que convierten el proyecto en una militancia activa. Cualquiera de las dos vías requieren posicionarse y se puede llevar a cabo desde diferentes campos de juego, contra el sistema o desde el sistema como agente subversivo.
A pesar de la diversidad de formas y multiplicidad de enfoques que configuren el conjunto de las prácticas artísticas, hay una serie de características que limitan las posibilidades de las prácticas que se constituyen en este terreno socio-político. Podríamos pensar que estas fronteras vienen impuestas por la propia tradición del arte y por las infraestructuras que perpetúan la existencia de estos límites a través de la necesidad de prolongar una serie de valores que justifiquen estas prácticas. El legado de la tradición nos aporta conceptos como la novedad, la sofisticación, el discurso endogámico, la figura del artista como un ser visionario, críptico, con escasa capacidad de hacer partícipe de su discurso a segmentos mas amplios de la sociedad, raro, extravagante, formalmente hábil, con afán de protagonismo, seductor, etc. La mayor parte de las instituciones, centros de arte, museos, concursos, galerías, contribuyen a la consideración del arte en términos de espectáculo cultural, a menudo permitiendo que la vigencia de esta visión tradicional se perpetúe, y frenando otras nuevas experiencias que se están posicionando
Hay un tema interesante que surge a partir de lo que hasta ahora voy comentando y que pasa por la instrumentalización de las infraestructuras existentes para desarrollar nuevas formas de trabajo artístico que impliquen organizaciones sociales, y de qué manera se instrumentaliza todo eso por parte de la institución. Será infructuosamente grave si algunas de estas prácticas son incorporadas por instituciones "carismáticas" de una forma puntual y sin un programa de continuidad lógico y consecuente con todo el proceso que se promueve. Es un posicionamiento en el que el artista, y la institución, en tanto que integrados en un contexto socio-cultural, han de definir sus roles de actuación y de interacción.¿ Cual es la responsabilidad del artista hacia la sociedad?¿ Qué dinámicas puede asumir el artista en las sociedades democráticas? ¿De que manera las instituciones pueden contribuir a facilitar el intercambio entre ámbitos sociales específicos con aspectos culturales concretos? ¿De que manera estos vínculos pueden adquirir un valor de uso y un beneficio compartido?
Se ha de exigir un grado de implicación en el que la relación de intercambio con las
Es importante promover programas locales que den continuidad a formas experimentales que obliguen a redefinir las prácticas de todos los implicados en el arte, así como adquirir el compromiso de explicar y publicar reflexiones sobre el sentido que tiene todo esto cuando se trabaja desde perspectivas sociales y políticas comprometidas, desde un ámbito mas global.
La construcción de estrategias alternativas
En estos momentos creo que hay una urgente necesidad de investigar y llevar a la práctica nuevas formas de producción o nuevas estrategias que canalicen prácticas que se mueven dentro de un activismo cultural. Podríamos aceptar la definición Brian
Wallis “activismo cultural como la utilización de medios culturales que traten de promover cambios sociales” (9). En este sentido entendemos como prácticas que se insertan en un discurso social, por tanto no individual, sino en el ámbito de lo colectivo. y en estas prácticas pueden tomar parte tanto el arte, como el diseño, como el urbanismo, como la arquitectura, u otras que producen mensajes visuales y formales.
Pero implica que estas prácticas han de entrar en procesos que colaboren con otras disciplinas mas próximas a la acción social, mas cercanas a la práctica de acción que
Si el arte público contempla parámetros como el posicionamiento crítico, la voluntad de interacción en el ámbito social, la vinculación con la especificidad del lugar y el compromiso con la realidad, entiendo que pueden promover actividades prácticas que dotarán de un punto de vista alternativo a los sistemas productivos y vehiculadotes existentes. De hecho se hace imprescindible la demanda de nuevas situaciones que evidencien la existencia de este tipo de activismo cultural.
Ramon Parramon.
Michel Foucault sobre las luchas de resistencia
Estas luchas no son contra el “individuo” sino que son luchas con el “gobierno de individualización”.
Son opuestas a los efectos a los efectos del poder que están conectados con el conocimiento, la competencia, y la calificación: luchas contra los privilegios del conocimiento. Pero también son una oposición contra el secreto, la deformación y las representaciones mistificadoras impuestas a las personas.
No hay nada científico en esto (esto es, una creencia dogmática en el valor del conocimiento científico) pero tampoco es una escéptica o relativista negativa a toda verdad verificada. Lo que es cuestionado es la forma en que el conocimiento circula y funciona, sus relaciones de poder. En pocas palabras, el régimen del saber.
Extracto de: el sujeto y el poder. Michel Foucault
Sunday, May 28, 2006
Política de la violencia
El hablar de una política de la violencia es hablar de la existencia de una serie de normas que aparecen para regular la violencia a partir del reconocimiento de una violencia estructurada dentro, por y para el funcionamiento de un estado.
Desde las teorías marxistas y sobre todo el post marxismo tipificado por Gramsci y Weber, se habla del monopolio de la violencia como uno de las características del estado moderno. Es decir que el estado es de hecho quien posee el derecho de ejercer la violencia sobre aquellos a quienes gobierna, así como de nombrar los tipos de violencia que son tolerados y permitidos por el propio estado. Así por ejemplo todo estado posee una serie de mecanismos no solo para la regulación de la violencia a través de aparatos de justicia, sino para la aplicación de esta como medida coercitiva, como son los cuerpos policíacos y militares.
A esta visión del estado represor se oponen teorías como las de Foucault quien impone a estas teorías una lógica de regulación económica, sobre la idea de que todo acción violenta por parte de un estado genera un tipo de resistencia que aunque no siempre de la misma magnitud, crea conflictos que para cualquier estado es mejor evitar.
De esta oposición entre las teorías modernas y contemporáneas podemos deducir un replanteamiento déla misma concepción de violencia estructural. Si bien es cierto que existe en todo estado una serie de aparatos, regulaciones y cuerpos encargados de la violencia, también debemos admitir que el uso de la fuerza excesiva por parte de la mayoría de los estados es algo que se presenta en raras ocasiones en la mayoría de los estados modernos. Y que en aquellos estados donde se presenta de forma común también debe de observarse la aparición de formas de resistencia como son guerrillas y revueltas civiles.
Aquí el punto no esta de ninguna manera en legitimar el uso de la violencia estructural de los estados, sino todo lo contrario, en orden de erradicarla el poder observar la evolución de esta hacia mecanismos mucho mas sofisticados, y hacia lo que es propiamente una política de la violencia.
Ahora de que hablo específicamente cuando hablo de esta “sofisticación” en la violencia.
En principio aquí se habla de un estado que ha logrado una estetización y un uso regulado de la violencia a través de los medios de comunicación y de las propias instituciones del estado. Así por ejemplo vemos desde finales de los años 40 una escalada en las representaciones de violencia en la televisión y el cine de la mano de la evolución de todo tipo de tecnologías que permiten al estado la vigilancia permanente de sus ciudadanos, como medida preventiva de la misma.
No es difícil pensar que toda esta serie de programas televisivos sobre crímenes reales y persecuciones tienen al final una moraleja donde se nos dice que el estado es capaz de mantener controlado y vigilado. En esta misma línea cabe pensar en que la censura siempre ha permitido la violencia siempre y cuando tenga un “uso justificado”. Es decir siempre y cuando esta sea castigada por las fuerzas de la moral y la justicia que se ejecutan ya sea con la misma o mayor violencia desde la representación del estado del orden en el héroe en turno. No debe extrañarnos pues que en los estados que más se precian de su grado de civilización y conocimiento exista un grado tan alto de representaciones de violencia como medios de catarsis y legitimación social de la misma.
En esta línea es donde toman relevancia la evolución de las tecnologías de la información y de vigilancia como medidas para economizar el uso de la violencia, haciendo tacita la existencia de estas tecnologías como medidas intimidatorios.
Así pues la ley económica regula la violencia potencial de una población a través de la dosificación de esta a través de los medios, mientras que ella mantiene un monopolio en el uso de esta. Monopolio que no solo es aceptado por la mayoría de la población, sino al cual es seducido a tomar parte a través de la identificación de uno mismo dentro de esta sistema a través de los aparatos que promueven la existencia de una violencia instrumentada desde el estado como legitima.
En pocas palabras todo el truco del estado, y el sentido de una política de la violencia, esta en mantenernos convencidos de que existe una violencia legitima y dentro de la norma y que existe una violencia fuera de la norma. Por decirlo así, lo que se espera de nosotros al ser expuestos a toda irradiación excesiva de violencia es que hagamos una legitimación de una violencia interior para en un segundo término legitimar el monopolio de la violencia por parte del estado para regularla. Es decir que primero se nos incita a pensar en la violencia como parte inherente de la naturaleza humana, para luego decírsenos que no somos capaces de mantener un autocontrol sobre esta para finalmente aceptar la violencia del estado como aparato regulador de la misma.
Por ultimo cabe decir que la existencia de una “política de la violencia” no solo implica la instrumentación y legitimación de los aparatos coercitivos del estado, sino la legitimación de todo tipo de políticas que violentan a diferentes grupos sociales como son el racismo, el clasismo, el elitismo, el sexismo, etc. que de la misma forma que ya se ha descrito anteriormente contiene sus propios aparatos ideológicos para mantener una hegemonía cultural que legitime el estado actual de las cosas como normal y hasta deseable. Sea ejemplo de esto la presencia mediática de los minorías raciales como loas afro americanos y latinos en la televisión americana, donde la representación de estos como personas naturalmente inclinadas hacia la violencia, siempre presentadas fuera de su contexto cultural inmediato, intentan justificar todo tipo de medidas represivas y coercitivas aplicadas por el estado hacia ellos.
Wednesday, May 17, 2006
Sunday, May 14, 2006
"no opinar es pensar distinto"
Hace como una semana me encontré con un espectacular en la calle que me pareció de lo mas inverosímil e irreal, un cartel de Coca-cola con el slogan "no opinar es pensar distinto". Me pareció una frase tan Orwelliana que me dejo perplejo y mas al aparecer en un momento tan ostensiblemente político como el que estamos viviendo con las próximas elecciones presidenciales. Creo que algo esta mal cuando estamos en un mundo donde la propuesta hacia una juventud que debe definirse por el pensar y el actuar es el "no opinar" y mas cuando este llamado a la indiferencia viene por parte de una compañía con las carga semántica e ideológica negativa como
Hibridacion cultural vs. colonialismo cultural
Creo que uno de los temas más difíciles dentro del contexto actual de la globalización es el del intercambio cultural que posibilitan los nuevos medios de comunicación. Ya sea desde la perspectiva de nosotros los artistas como creadores culturales o desde la perspectiva de consumidor, este tema se ha tornado relevante en tanto que cada nueva tecnología parece propiciar la aceleración de las transformaciones culturales, cambiando a su vez las formas de producción, comunicación y recepción de la cultura.
Ahora a favor de estas nuevas tecnologías podemos reconocer los siguientes puntos:
- Una mayor economía en la producción de bienes culturales, que posibilita que la producción visual y sonora se independice y multiplique el número de ofertas
- Una distribución por canales independientes a un mainstream corporativo que permite una mayor diversidad de ofertas puedan tener distribución y conocimiento masivo, sin depender de ninguna empresa que tenga que respaldar dicha distribución a costa de la propia independencia creativa del artista o simplemente su exclusión por meros asuntos de marketing comercial.
- Por ultimo el que esta diversificación de las ofertas, también se ve reflejado en una distinta política de recepción por parte de los consumidores de la misma. Política que se ve influenciada por la posibilidad de una interacción más directa entre productor y consumidor y por la creciente cultura visual y auditiva que como reflejo de estas nueva diversidad se presenta entre las masas. Por decirlo de otra manera el público no deja de ser masivo, pero entra en una masividad mucho mas especializada y activa, que sabe que es lo que quiere ver y escuchar y no depende del canal de videos o películas o de la tienda de discos o siquiera de una elevada suma de dinero para obtenerlo.
Finalmente de lo que estamos hablando aquí es de una nueva economía tanto temporal como material que da como resultado una nueva horizontalidad en las estructuras de producción y recepción cultural, en oposición a la estructura vertical representada por las grandes corporaciones mediáticas. Pero a riesgo de sonar pesimista el pensar en la llegada de estas nuevas tecnologías como un nuevo edén tecnológico tampoco me parece lo correcto, el mirar a estos nuevos medios con cierta reserva también nos evidencia algunos aspectos negativos de la propia globalización.
Al mismo tiempo que un usuario promedio se beneficia de la creciente diversidad cultural, es evidente que estas nuevas tecnologías también han sabido ser aprovechadas de nuevas maneras por las propias compañías mediáticas. Así por ejemplo podemos aceptar que ya no existe rincón de la tierra donde a la gente le sea desconocida o indiferente la producción hollywodense de películas, y esta por demás saber que hay mas paginas en Internet dedicadas a la biografía de cualquier celebridad que a cualquier otro tópico.
He aquí que entramos al paradigma principal de la globalización, y esto es que mientras que esta parece beneficiar por una parte la diversificación cultural dando todo un nuevo universo de relaciones, también refuerza un sistema cultural unilateral que oculta su colonialismo cultural detrás de la ya mencionada diversidad, pero que en un sentido practico es evidente en las calles de cualquier ciudad del mundo donde haya llegado una computadora.
En otras palabras estamos hablando de una delgada línea entre la hibridación cultural y el colonialismo. Como distinguir entre estos dos polos es algo que esta demás fuera de la competencia de cualquier persona, pero no esta por demás el recordar que toda nueva tecnología nos ofrece un arma de doble filo que debemos aprender a utilizar y mirar con sus respectivas reservas y que en este caso los espacios ganados dentro del universo virtual y la propuesta de producción de estas nuevas tecnologías no debe debilitar la combatividad de la producción cultural y ayudar a la proliferación de una pasividad política dentro de los espacios del día a día. Para decirlo de forma clara mi verdadera preocupación esta en ver como una nueva actitud tecnocentrista que ve en las nuevas tecnologías una respuesta a varias de las fallas del liberalismo económico pernea el que en muchos sentidos las ofertas culturales han ido perdido gran parte de su fuerza y criticismo político, ya que gran parte de los creadores creen que ahora que han ganado estos nuevos espacios para producir y distribuir sus creaciones pueden desentenderse de una realidad donde el mainstream comercial sigue siendo quien lideréa la oferta y el consumo cultural.
Creo que la pregunta que queda en el aire frente al uso de estas nuevas tecnologías en particular y sobre la globalización en general es la siguiente: ¿Como aprovechar las ventajas de dicha hibridación cultural sin debilitar una identidad cultural local?