Tuesday, August 26, 2008

La insoportable levedad del ser


A decir verdad hay poco que recuerde de la trama de la novela “La insoportable levedad del ser” de Milan Kundera, pero aun recuerdo a la perfección el impacto que causo en mí la primera parte del libro donde hace una exposición sobre la dificultad filosófica para darle un valor categórico a lo liviano con respecto a lo pesado. La dificultad estribaba en saber cual de las dos características era preferible en relación con la existencia. ¿Es preferible una vida que se caracteriza por la ligereza o una vida que se caracteriza por la pesadez?
En este sentido la ligereza se describe como aquello que es efímero. Como la suma de momentos dados a la supervivencia. En otras palabras la ligereza corresponde a una mirada nihilista de la existencia, que nos apunta hacia la intrascendencia de nuestros actos. Por el otro lado la pesadez quedaría obviamente en el extremo contrario, en el cual aquello que se hace permanece. Pero sin embargo esta vida como se puede adivinar trae consigo su propia carga en la responsabilidad que conlleva la trascendencia de los actos y su permanencia en el tiempo.

En esto se finca la importancia de esta discusión ¿Nuestro actos realmente importan? ¿Somos capaces de transformar realmente nuestro entorno? Y sino fuera así, ¿Que le daría importancia nuestra vida?

Pregunta similar se hace el existencialismo, al apoyarse en la fenomenología para cuestionar un sentido único de la existencia tras la desaparición de la metafísica clásica que supeditaba la responsabilidad personal a la creencia de un destino enmarcado en la existencia de dios.

No existe un sentido único de la vida, ni un sentido único para nuestros actos, ni un destino que enmarque a estos dentro de un propósito o fin ultimo. Y sin embargo estos importan, se les escucha decir.

Esta es la carga de la existencia. La determinación en pensar que nuestros actos importan y que sin un destino, nosotros somos responsables de ellos. Vivir es más que sobrevivir y existir es más que respirar.

Una extrapolación de esta discusión podría darse entre dos posturas filosóficas frente al arte. Una que lo entiende como artificio e imitación, y otra que encuentra en el arte una de las expresiones mas altas del ser humano y la trascendencia de su espíritu, cifrando sus mensajes a través de diferentes paradigmas sobre la episteme y la imagen.

Siempre he sentido un deseo por conocer la ligereza de la vida. Pensar que puedo hacer cosas sin preocuparme de sus consecuencias. Pero esto no esta en mi naturaleza. Siempre me han conmovido sobremanera los actos heroicos; las obras de arte que no hablan a la mirada, sino que susurran al alma un mensaje mas profundo sobre la naturaleza de la propia existencia; los sacrificios llevados a cabo en nombre de causas perdidas. Y aun cuando la certeza de la soledad en este camino no puedo imaginarme siendo feliz de otra manera que manteniendo la fe de que algún día alguno de mis actos pueda realizar un cambio por mas minúsculo que este sea.

3 comments:

Larisa Escobedo said...

levedad y peso. Tambien habria que revisar las "6 propuestas para el proximo milenio" de Calvino... ahi, la defensa de lo liviano retoma el mito de perseo contra medusa, la liviandad no siempre es superficialidad, tambien, es alegria, pajaro, libertad. Tambien lo ligero transforma al mundo. De la sangre de la medusa derrotada por perseo, nace pegaso.

Larisa Escobedo said...

El acto trasformador es ligero y pesado a la vez: el amor.

Cigarrito Filosofal said...

¿Levedad o peso?

Sentimientos profundos o nihilistas

Preguntas para la existencia. Para VIVIR

... también tengo fe en los cambios, por mínimos que sean

¡Suculento blog!