Friday, September 26, 2008

excepciones tecnológicas


Existe una tesis aceptada de forma casi global, según la cual la tecnología es entendida como una extensión de las capacidades del hombre. Dicha tesis parte principalmente de los trabajos realizados por Marshall Mcluhan y tiene como principal merito el haber vaticinado la revolución tecnológica que en estos tiempos se ha convertido en un realidad; así como en otros campos haber ampliado la discusión sobre la tecnología, monopolizada principalmente por dos posturas: una critica y una determinista.

El campo critico, principalmente formado por teóricos e intelectuales veía en la tecnología la alienación del ser humano derivada de la híper especialización del trabajo, así como el sumergimiento de este en un mundo de simulacros dados por la cada vez mayor aproximación entre los terrenos de la representaciones y la realidad.

En el otro extremo formado por especialistas de la técnica, científicos e ingenieros, ubicados principalmente en los centros de desarrollo tecnológico pertenecientes a universidades y complejos industriales, la tecnología era vista bajo un determinismo que excluía a esta de cualquier responsabilidad sobre sus usos prácticos, y hallaba a esta como la única forma de realización de un proyecto modernista de realización del ser humano.

En medio de estas posturas, la tesis de Mcluhan abrió un campo de discusión, que entendía a la tecnología mas allá de los dispositivos específicos que a ella representan, y abrió un nuevo imaginario de esta a partir del análisis de como las innovaciones tecnológicas modifican el contexto en el que surgen a través de la potenciación de las capacidades humanas, especialmente en los campos del conocimiento, la transformación material y la comunicación. Creando así un vinculo hasta ese entonces mal entendido entre la cultura y la tecnología. O en palabras de teóricos como Regis Debray entretejiendo las coherencias culturales a través de la tecnología.

Si bien es acertado, entonces ver a la tecnología bajo una perspectiva según la cual esta es parte de un proceso integral de la evolución social en un marco que tampoco excluye la creatividad, también es pertinente desenterrar el viejo argumento sobre la alienación del ser humano, a partir de una antitesis que también se ha mostrado valida. Y esto es que; Si bien la tecnología amplía de facto las capacidades del hombre, la creciente sistematización y creación de burocracias tecnológicas, también presentan una disminución de facultades preponderantes del hombre: la capacidad de decisión y la voluntad.

Mientras que en ciertos campos la tecnología se muestra como una forma de ampliar las capacidades humanas, en otros campos la sistematización de los procesos dentro de sistemas informáticos ha construido una serie de burocracias tecnológicas, en las cuales es el sistema y no el hombre quien marca la posibilidad de decisión. O en otras palabras, el sistema solo esta preparado para comportarse según lo que es esperado de el en un proceso de normalización, que no siempre resulta en una mayor eficiencia, sino en una limitación de las opciones de elección del ser humano.

Esto tiene que ver con la naturaleza de la tecnología y de la sistematización en si, que precisamente persigue una normalización de las variables en búsqueda de un sistema capaz de cubrir una función bajo un paradigma de eficiencia, muchas veces impregnado por intereses económicos y que aplasta el espacio para la excepción, por lo que en general se vuelve contingente del carácter propiamente creativo o humano, creando de esta forma muchas veces, lo que se vuelven una herramientas inútiles para resolver situaciones contingentes o que simplemente estén fuera de las expectativas del sistema.

En este sentido, creo que una de las metas fundamentales dentro del arte electrónico consiste justamente en abrir el espacio para la excepción en torno a las nuevas tecnologías, y así encontrar en la tecnología una extensión de la creatividad y no solo del cuerpo humano.

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